El galerista recorre sus días de actor fetiche de Torre Nilsson
- En Rubbers se exhiben fotografías que recorren los 50 años de vida de la galería bajo el mando de Natalio Povarché. Se ve impecable el galerista en fotos de vernissages, al lado de grandes personalidades del arte y la cultura. Pero en un cajón, otras fotos que hace tiempo no ven la luz lo muestran en pijama conversando con Alfredo Alcón, o escapando de una Casa Rosada envuelta en humo. Cuesta entenderlo. Povarché lleva medio siglo de galerista reputado. Antes estaba en la otra punta del proceso, atendiendo artistas en una pinturería especializada que abrió cuando dejó su trabajo como publicitario. Gran amigo de Xul Solar, con los años se convirtió en presidente de la Fundación Pan Klub, Museo Xul Solar, y en el único marchand del mundo que certifica la autenticidad de sus obras. Tiene premios por su trabajo y exposiciones memorables aquí y en el extranjero, y nunca se lo vio en ropa de cama. Tampoco puso bombas, aunque firmó en 1964 el primer contrato del artista Fernando Botero y montó en su galería en 1966 la primera exposición de Andy Warhol en América latina. Nada explicaría esas fotos en las que aparece bastante despeinado abrazando a una jovencísima Luisina Brando. Povarché tiene una respuesta: ha sabido ser actor fetiche de Leopoldo Torre Nilsson (de reparto, eso sí).