domingo, 1 de septiembre de 2013

Tras las huellas de Gaudí

18-02-13 17:19 Barcelona son Las Ramblas, sus paellas y mariscos, las aguas cristalinas del Mediterráneo, las visitas a la Fundación Joan Miró o el Museo Picasso... Entre su antiguo barrio gótico, sus renovadas construcciones costeras y sus ídolos futbolísticos, hay un capítulo fundamental en la historia y la fisionomía de la capital de Cataluña: el modernismo. Y las obras de Antoni Gaudí le dan forma, carácter y color a la ciudad europea con mayor cantidad de obras art nouveau



Texto y fotos: María Paula Zacharías

Arte y moda

De las galerías a las vidrieras: el camino que recorren artistas contemporáneos, que intervienen prendas y accesorios. Un cruce de lenguajes que se verá en BAFWEEK


En agosto de 2011, los diseños de Alexander McQueen, fallecido diseñador top, fueron la octava muestra más visitada en los 141 años del Museo Metropolitano de Nueva York, después de Tutankamón, la Mona Lisa y Picasso. Antes, fueron noticia las grandes retrospectivas de Giorgio Armani en el Guggenheim de Nueva York y Bilbao, y de Cristóbal Balenciaga en el Kursaal de San Sebastián. Pero ahora la tendencia no es que los diseñadores ingresen en los espacios de consagración de las artes plásticas, sino que los artistas plásticos son los que se muestran sin pudores en los escaparates, con intervenciones del espacio o directamente poniendo arte en los objetos de consumo. Maestros como Takashi Murakami y Damien Hirst ya han dado muestras. El japonés le puso colores y cerezas al monograma de las carteras Louis Vuitton, y el supercotizado artista británico aplicó puntos, calaveras y mariposas a remeras y jeans de Levi´s. Sus diseños se consiguen en la tienda de la marca en Palermo y, claro, en la tienda de un museo, el Malba.
El 28 de este mes, BAFWEEK otoño-invierno 2012 tendrá este cruce de lenguajes como tema. Para su campaña, trabajaron diseñadores y artistas en conjunto, como Martín Churba y Nicola Costantino, Cora Groppo y Fabiana Barreda, Jessica Trosman y Leandro Erlich, Valeria Pesqueira y Luna Paiva, Garza Lobos y Lorena Ventimiglia, Vicki Otero y Rocío Coppola, y 12-NA y Danidan. Estas duplas interdisciplinarias crearon diseños a cuatro manos, que incluyen tendencias, pero también toques arty de pintura, morfologías inesperadas, casquetes alucinados y luces de neón. "La moda de hoy trasciende, muta, se transforma y para eso se enriquece de las artes visuales, las plásticas, la fotografía y el dibujo", explica Kika Tarelli desde la organización del ciclo.

Carpinteros

Los Carpinteros, el colectivo de artistas cubanos mejor cotizado del momento, protagonizarán una de las muestras clave del año en el Faena Arts Center. Apelando a la materialidad de oficios constructivos (albañilería, plomería, ebanistería), construyen piezas que tienen que ver con la situación en la isla no por lo que dicen sino por cómo se hacen.


Provienen de familias pobres del interior de Cuba. Llegaron a La Habana para estudiar arte. En tiempos de hambruna y escasez, crearon obras con lo que tenían al alcance. Se forjaron una identidad. Y salieron a exponer sus trabajos por el mundo. Hoy, Los Carpinteros son reconocidos internacionalmente y ya hay trabajos suyos en colecciones de museos líderes, como el Guggenheim de Nueva York, la Tate Modern de Londres y el Reina Sofía de Madrid. Ya consagrados, siguen produciendo objetos sorprendentes recurriendo a los lenguajes de los oficios más terrestres, más tradicionales, más primitivos: albañil, plomero, carpintero. Pero sus obras están cargadas de nuevos significados. Y, con humor, señalan contradicciones, sinsentidos, realidades, mundos posibles e imposibles.

Agenda de arte julio LNR




Pablo Siquier


Pablo Siquier es uno de los artistas más exitosos de su generación. Sus murales están por varios puntos de la ciudad, su obra es de las más cotizadas, tiene en su haber varios premios y se lo conoce internacionalmente. Exigente consigo mismo, cada muestra debe marcar una evolución en ese único cuadro que dice estar siempre pintando. Detallista hasta la tortura, metódico, elige siempre el camino más difícil. Se impone estrictos sistemas y los cumple.

Para hablar de sí mismo, en cambio, es afable. Formado en la Escuela Prilidiano Pueyrredón y en los talleres de Pablo Bobbio y Araceli Vázquez Málaga, dice haber aprendido lo que sabe sobre la ciudad  -su tema omnipresente- en sus viajes en colectivo. Una síntesis de su trabajo se expuso recientemente en el Centro Cultural Recoleta (CCR): tras cuatro años de resistencia, presentó Murales e Instalaciones, un quinteto de obras de tamaños monumentales en las que se resumen sus últimos 25 años.
-¿Cómo define su esquema de trabajo?-Diría que se ha basado en dos caminos, al principio paralelos y después convergentes. Por un lado, los cuadros y los dibujos tradicionales, que son más de lectura: el espectador se para y mira lo que ocurre en la superficie de la tela como si fuera la página de un libro. Y por otro, situaciones ambientales o instalaciones para ser percibidas en recorridos más con el cuerpo que con el cerebro.

Sueños creados en parís

La capital francesa sigue siendo un mito, aunque haya sido desplazada por Nueva York como el centro mundial del arte; adncultura visitó los talleres de varios de los argentinos que encontraron allí su inspiración


Esta ciudad es un destino idealizado por pintores de todas las latitudes. Lo sigue siendo aún para los románticos, por más que se insista en que Nueva York es el centro mundial del arte desde hace décadas. La realidad es que París tiene una densidad poblacional artística abrumadora, en la que hay muchos argentinos. Tantos, que en el Museo de Arte Tigre (MAT) se ve en estos días una muestra que reúne a un puñado de ellos (ver recuadro).
Algunos reflexionaron desde París, para adn cultura, sobre aquel mito. El amor, el azar, el más ferviente anhelo o la urgencia los trajeron a esta ciudad que despierta tantos sueños. Abrieron sus talleres y contaron sus historias, que admiten más matices que sus paletas.

Karina El Azem

Texto: María Paula Zacharías

Tiene aspecto de muñeca de porcelana, siempre femenina en sus vestidos retro, su melena cobriza ordenada, la piel marfil y los gestos suaves. Pero en su taller de artista, en un edificio de época de Barrio Norte, no hay pinceles ni pomos de color pastel. Karina El Azem manipula municiones de diferentes calibres que distingue tan bien como un fanático del Club del Rifle –aunque, en realidad, ella sea todo lo contrario–. Borda cuadros con balas o con mostacillas, lo mismo le da, para hablar en contra de la violencia, reflexionar sobre la ornamentación, revisitar ídolos populares y señalar injusticias. Ahora, incluso, está pintando con su propia sangre.
Esta inquietante barbie bélica es también una mujer que ha pasado por las etapas de la vida de muchas profesionales: viajes por el mundo en residencias artísticas, premios, exposiciones, un pasado de bohemia y mucho champagne de vernissage. Y de aquellas burbujas pasó a agitar mamaderas y a esporádicas apariciones en revistas de farándula, porque se casó con el multifacético Roberto Pettinato y formó una familia, con sus hijos Lorenzo (3 años) y Esmeralda (1), que le quitaron el sueño y las ganas de trasnochar. Cuando la conoció, Pettinato la llamó “la Nicole Kidman argentina”. También, claro, le fascinó su raro mundo. Él y sus hijos mayores la apodan... Mauser.
Con sus labios rojos disimula cierta timidez y recorre armerías buscando materias primas. Delito, Orden y Ornamento es una serie de frisos de balines de aire comprimido con la estética de la señalética pública: son pictogramas de policías golpeando manifestantes, mujeres empuñando cacerolas o los polirrollers, aquellos inefables uniformados entrenados por una campeona nacional de patín para prevenir el delito en la ciudad de Mar del Plata en 2004. Le divierten esas rarezas del mundo policial. Con seriedad, aborda temas espinosos, como las guerras de Malvinas y del Golfo: “Malvinas sigue siendo un tabú muy raramente tocado por el arte, y es donde la actitud argentina de suprimir e ignorar la realidad encuentra una de sus formas más evidentes”, apunta. Sobre fotografías de aquella guerra superpuso grillas de cápsulas de Fal o 9 milímetros, algunas disparadas en la contienda. Para reconocer las escenas hay que estar a un mínimo de tres metros; la trama de balas, en cambio, se distingue de cerca.

Leo Vinci

“Mi nombre completo, lamentablemente, es Leonardo Dante Vinci”, dice el artista que es conocido como Leo Vinci, uno de los más renombrados escultores argentinos. Con una trayectoria llena de éxitos, premios y distinciones, superó lo que pensó en sus inicios que sería un problema: su nombre, que está a tres letras y cinco siglos del gran Leonardo Da Vinci. Hoy, su reloj con la imagen del Hombre de Vitruvio y la picardía con que cuenta esta historia son testimonio de que aquel conflicto de identidad quedó atrás.
En el Museo Sívori, recorrer la retrospectiva Pensamiento e imagen de su mano es un placer. Se detiene en cada escultura, explica con paciencia de profesor, recuerda historias, se ríe y contagia. Discípulo de maestros legendarios como Ernesto de la Cárcova, Troiano Troiani, Alberto Lagos, Alfredo Bigatti y José Fioravanti, Vinci –y su generación– rompió con los moldes del academicismo para dar forma a una visión contemporánea de la escultura. “Esta exposición la pensé hace un año y medio porque quise festejar mis 80. Lo hice con mucha alegría, ya que tengo salud y ganas, y voy a seguir trabajando. Estoy sintiendo una buena respuesta en la gente, que es lo que más me importa”.

Alec Oxenford vs. Guillermo Rozenblum


Pinturas que sanan

En el Centro Cultural del Hospital Borda, el artista Pedro Cuevas armó un espacio en el que la creación es el mejor tratamiento

Hace dos años, Pedro Cuevas quiso aislarse en el Borda. Se sentía estresado por intentar pertenecer al circuito del arte porteño. Venía de diez años de formación, arte, muestras individuales y ventas en Europa. Y el mercado local no fue muy amable. "Me colapsé de ego", asegura. Buscó la manera de irse a otro planeta a pintar por el solo placer de pintar.
Se acercó al Borda, pidió permiso y una mesa en la que trabajar sin molestar. Pero le dieron más: un edificio en decadencia y el desafío de levantar ahí un centro cultural. Al principio no quiso saber nada. "Ni siquiera los escuchaba, me parecían más locos que los pacientes", dice. Quería internarse, pero no lo dejaron. Lo llevaron a ver el edificio. "Ruinas horrorosas., pero un lugar hermoso", recuerda. Y cuenta que siguió yendo. No parece enajenado y con el tiempo se comprueba que es sincero. Trabaja en su casa, un departamento a estrenar en Villa Devoto, en el que vive con su mujer, la China, diseñadora gráfica, y sus dos hijas. Un piso más arriba está el balcón terraza con parrilla, pelopincho con tobogán y un quincho que es su atelier. Un padre de familia común con una historia de arte, locura y sanación.
Todos en el mismo barco
Entrar por primera vez en el Hospital de Salud Mental J. T. Borda da miedo. El edificio central, enorme y desolado, encierra pesadillas. Pero no es tan abrumador pasear por sus jardines. En el camino salen al cruce algunos internos. Uno de ellos es Valle. Mira a los ojos y quiere que lo escuchen. Pide cigarrillos, sólo un cigarrillo. En el fondo del predio un cartel indica que se está llegando al Centro Cultural Borda. Aparecen el color, los dibujos, la música, la buena energía de los que están creando. En aquel último recoveco un grupo de gente se encuentra para pintar. Locos y cuerdos. Todos en el mismo barco.
Cuando llegó Pedro tuvo que encarar el trabajo pesado de limpiar una construcción de tres pisos y más de 80 años que, entre otras cosas, fue lavandería, taller, depósito y desde hacía por lo menos ocho años estaba abandonada. Entonces llamó a la solidaridad: "Propongo hacer un museo con obras de artistas internos y externos. El tema es venir a pintar, por lo que necesito dadores de arte, con suma urgencia, de cualquier tipo y factor." Desde entonces van artistas a compartir los jueves. Muchos de ellos integran el equipo de los dadores de arte. Hay jóvenes pintores, contados artistas de trayectoria, estudiantes de Bellas Artes y amateurs voluntariosos.


Ides Kihlen, primera nota

Se levanta a las siete y no usa batón. Se pone directamente un delantal de pintar rojo, porque últimamente anda antojada con ese color. Se hace un café y lo lleva a su taller, que no es más que una desordenada habitación de su departamento de Recoleta o un “bochinche”, como dice ella, donde pasa la mayor parte del día. En el piso sólo hay una alfombra, o algo que alguna vez fue una alfombra y hoy es una gran mancha de colores, donde desparrama pomos de pintura y cuadros. Eléctrica, ágil, de escasos metro cincuenta y algo más de 40 kilos, Ides Kihlen no necesita más que eso. Porque el hecho de haber cumplido 85 años no va a hacerle cambiar su eterna costumbre de pintar tirada en el piso.

Ides tiene todo una vida como artista plástica. Pero esa fue su única ambición. Nunca quiso premios, ni concursos, ni reconocimiento, ni publicaciones.  Recién a los 85 años los acepta, con desgano, y las críticas la aplauden. Alumna de ilustres pintores, abstraída y pintoresca, Ides apenas se entera de lo que despierta su obra. Sólo quiere seguir trabajando.

León Ferrari

León Ferrari encendió la polémica con la retrospectiva que presenta en el Centro Cultural Recoleta, en la que exhibe obras de los últimos 50 años.

León_Ferrari
-¿Qué une a las obras de esta retrospectiva?
- Hay dos tipos de obras. Por un lado, esculturas sin ningún propósito crítico y, por el otro, otras en las que uso al arte para expresar opiniones sobre lo que está pasando: represión en general, violación de los derechos humanos, el Proceso, antisemitismo, discriminación a los homosexuales y a la mujer, entre otros temas. Lo de la Iglesia es una cosa más.
- ¿Qué cosas cambiaron en estos años de trabajo?
- Las técnicas. Algunas las hago y después las abandono. En el significado de la obra, desde 1963 se mantiene esa necesidad de usar el arte como medio de expresión. Y una de las cosas que más me preocupa es la cultura occidental, especialmente el castigo al diferente.
- ¿Qué balance hace de este camino recorrido?
- Hice estas cosas durante mucho tiempo sin tener respuesta. Estas reacciones significan que lo que digo alcanzó a los responsables.
- ¿Se arrepiente de algo?
- Posiblemente. Uno se ha equivocado. Pero esta serie de obras no son una equivocación.
-¿Tiene algún límite estético?
- Creo que en el arte no se puede establecer límites ni hacer definiciones. Por ejemplo, un límite es la crueldad, se podría decir. Pero resulta que los mayores cuadros de Occidente exaltan la crueldad y la tortura. El Bosco, Miguel Ángel y Giotto pintaban la crueldad apoyándola, como amenaza para castigar a los diferentes. Picasso también pinta la crueldad en el Guernica, pero la diferencia es que la condena.
- ¿En ese sentido el arte evolucionó?
- Hay una evolución. Lo último que conozco es de Gustavo Dore, de 1860. Ya no se pintan tantos infiernos. Yo estoy en desacuerdo con el infierno.
- ¿Encuentra belleza en sus obras?
- Algunas me gustan como formas, otras como contenido, otras como forma me son indiferentes.
- ¿Qué es más importante, la ideología o la imagen?
- Creo que son independientes. Puede haber cuadros hermosos con contenido desagradable y cuadros mediocres con buena intención.
- ¿Usted cree haber logrado un buen balance?
- En algunas cosas sí. Creo que hay que encontrar nuevas formas para decir las cosas.
- ¿Le tiene miedo a algo?
- Sí, pienso que pueden agarrarme y romperme la cabeza. Pueden obedecer a sus dioses y castigarme en vida.
- ¿A qué aspira?
- A aguantar unos años más y seguir haciendo estas cosas.
La NAción Revista, 9-12-04

Lorena Guillén Vaschetti, de odiar al fútbol a fotografiarlo


En el Centro Cultural Borges se escuchan sonidos poco habituales. Por ejemplo, el relato de Víctor Hugo Morales de un partido de fútbol, con el calor de la hinchada de fondo. En la entrada de una de las salas de exposición se comprueba, con alivio para algunos, que la banda sonora proviene de una vieja radio.
Adentro hay más novedades. Dos mesas de metegol invitan a amantes del arte a entretenerse un rato. Pero ahí lo que se oye ya no es clamor de estadio, sino música de Mozart, mientras un vendedor ambulante ofrece sonriente bebidas en una bandeja típica de cancha.
De las paredes cuelgan enormes fotografías del tema que a estas alturas cualquiera puede adivinar. Pero, otra vez, hay sorpresas: la persona que se dedicó a registrar el costado estético de esta pasión de multitudes no es un habitué de las populares, sino una mujer que se pasea por el Borges en pollera con puntilla y tacones altos. Y algo peor: dice que toda la vida odió el fútbol.

Leopoldo Presas

Acaba de cumplir 90 años y por estos días puede verse en Bueos Aires una exposición en su homenaje. Exponente del surrealismo argentino, el maestro que en 1959 obtuvo el Gran Premio de Honor del Salón Nacional repasa la colorida historia de su vida y su obra

El taller está cerrado con llave. Adentro, se apilan libros en varias mesas, junto con cuatro pares de anteojos. Los pomos de pintura están cerrados y los pinceles duermen boca abajo en un tarro. Parece en desuso el taller de Leopoldo Presas. Todo está quieto pero su obra sigue viva, en movimiento. Los dibujos ya no se conforman con el papel, el lienzo o el papel de diario. La línea y el color invaden los muros, los vidrios que se convierten en mujeres, su gran tema, o en un paisaje. En los mosaicos marmóreos del baño, el artista de 90 años -"Toto" para los amigos- encontró rostros y figuras que marcó sutilmente con carbonilla, como buscándoles formas a las nubes.
Presas está ahora algo cansado.

Homenaje al gran maestro Gino Bogani






Una retrospectiva da cuenta de la trayectoria del gran diseñador con cien vestidos de antología de él y otros creadores
Los diseños de McQueen fueron una de las muestras más visitadas del Met de Nueva York. También fueron muy populares las exposiciones de Armani en el Guggenheim de Nueva York y de Balenciaga en el Kursaal de San Sebastián. En Buenos Aires se prepara la primera gran retrospectiva de la moda, un homenaje a Gino Bogani, creador histórico y actual, que en el Centro Cultural Recoleta repasará su trayectoria, acompañado por nuevas generaciones de diseñadores. Casi 100 vestidos y una selección de zapatos y accesorios se expondrán del miércoles 17 al 18 de agosto con el título De Bogani al diseño de autor, imágenes de la moda argentina.


Stencil

No habrá porteros ni policías , dice la invitación. La razón de ser de esta zona liberada es una invitación del gobierno porteño a unos de sus más fervientes enemigos: los cultores del stencil, que llenan las paredes de Buenos Aires con consignas ecologistas, políticas y de otra naturaleza. Pero estos artistas viven días de gloria no sólo por ser mimados por su perseguidor; también se editan libros que recogen su historia, integran campañas mundiales y tienen buen recibimiento en espacios institucionales.

Así, la ciudad convoca a los stencileros a apropiarse de un espacio, como parte de las actividades de Estudio Abierto 2004. "Conseguimos librar de blanqueadas una porción de la ciudad y se la ofrecemos a los artistas urbanos del stencil", dice La Marca Editora, promotora de la acción que se llama Hasta la victoria stencil! - la paré .

Agenda de Arte de LNR Junio

16-6-13 LNR

La escultora Carmen Dardalla: mujer picapiedra


De profesión, picapedrera. Así se define la escultora Carmen Dardalla, y enseguida abunda en expresiones que dan cuenta de su romance con la piedra: "La adoro. Ella me eligió. Es muy dura e inhóspita, salvo que uno la quiera. Si uno la quiere, le permite entrar".
Hija de un diplomático, Dardalla se convirtió en un crisol de culturas e idiomas, claro resultado de su paso por ciudades como Madrid, Moscú, Caracas y París, donde estudió arquitectura, dirigió el taller de plástica de l'Etang la Ville y hasta fue guía del Museo del Louvre.

ExpoTRASTIENDAS

La fórmula de Expotrastiendas este año es cinco días, 154 espacios afines al arte. O, también, en 8000 metros cuadrados, 2000 obras de 500 artistas. En su cuarta edición, la feria se mudó al Centro de Exposiciones de la Ciudad, para albergar hasta pasado mañana más galerías y art dealers, en menos tiempo.
Organizada por la Asociación Argentina de Galerías de Arte (AAGA), busca reactivar el mercado del arte y ofrecer un panorama de las disciplinas clásicas y actuales, a través de las obras de maestros (Berni, Spilimbergo, Castagnino, Batlle Planas) y de artistas jóvenes.
Reúne 85 galerías y art dealers, siete espacios de diseño, tres casas de

Agendas de arte mayo 2013





La mesa de... Nicola Costantino

La artista plástica también se anima con el arte culinario



             
  • La artista plástica Nicola Costantino siempre soñó con tener dos cocinas: una prolija y ordenada, y otra pegada a su taller, donde el trabajo con resina o verduras a veces se parece demasiado, y sus comidas terminan teniendo más de esculturas que de arte culinario. En un enorme ambiente de su casa de Palermo, mezcla de galpón y jardín de invierno con una bola de espejos en el medio, respiran el mismo aire el taller, una de las cocinas, el living, el comedor y su trastienda personal. Por eso no es raro que en la mesa ratona esté una escultura de ternero nonato (muy realista) y que en la mesa de madera pesada, al lado de una hornalla de garrafa se encuentre un chancho tallado en sandía ahuecada, que se convierte en fuente para una ensalada de frutas presentada al estilo de una artista (tiene ojos de tomate cherry y patas de zucchini). Costantino adora la cocina, pero más que nada en su costado de trabajo manual y creativo. No sigue recetas, inventa, experimenta. "La comida es el único placer que nos damos todos los días", defiende.